Calidad del aire: edificios saludables y su influencia en la productividad

La Organización Mundial de la Salud (OMS) cataloga a los edificios saludables como aquellos espacios que apoyan la salud y el bienestar físico, psicológico y social de las personas. 

Para lograr este objetivo las empresas deben esforzarse, entre otros frentes, por conseguir una óptima calidad del aire. La pandemia ha ejercido sin duda de eficaz revulsivo para tomarse en serio esta misión. La atmósfera interior no sólo tiene que estar libre de partículas del Covid-19 sino de cualquier otro tipo de contaminantes. 

De no ser así, el aire de mala calidad provoca deterioro de las funciones cognitivas y falta de concentración entre los trabajadores. Los modelos de trabajo presenciales e híbridos establecidos tras la pandemia han devuelto total o parcialmente a las profesionales a las oficinas. Es de rigor que, durante el tiempo que estén en ellas, las empresas traten de que se encuentren lo más a gusto posible.

Porque la salud del edificio repercute en la de los trabajadores, así como en su productividad. Cuando el aire que circula en el interior se renueva con regularidad los trabajadores rinden más y se reduce también el absentismo. 

Monitorizar la calidad el aire

Si lo que buscamos es conseguir una atmósfera interior lo más saludable posible, el primer paso que debemos dar es medir la calidad del aire. Actualmente existe una tecnología capaz incluso de vigilar las partículas presentes en el mismo.

Los sensores encargados de controlar el flujo de aire y la temperatura ambiente son gestionados por plataformas que informan inmediatamente de los problemas surgidos.  Conforme se normalice la monitorización, el precio de dicha tecnología es de esperar que baje considerablemente.  

El funcionamiento de los edificios de oficinas puede ser optimizado mediante la evaluación periódica de la calefacción, ventilación y aire acondicionado. Esta optimización puede favorecer también a la identificación de oportunidades que mejoren la calidad del aire mediante la filtración. Aumenta así la salud del edificio y se reducen el consumo de energía. 

Otras medidas para mejorar la calidad del aire en la oficina 

Rejillas de ventilación abiertas y desbloqueadas

Es fundamental para que el aire circule correctamente. Despejarlas de muebles, cajas u otros elementos facilitará la ventilación adecuada. El aire estancado puede provocar problemas de salud.

Sustitución frecuente de los filtros de aire

La obstrucción de los mismos evita que el flujo de aire tenga lugar. El paso del tiempo hace que el polvo y los residuos se acumulen tras los filtros. Cuando se asientan en el interior de los conductos de aire resultan peligrosos para la salud de los trabajadores. Es conveniente sustituirlos cada tres meses, es decir, con el cambio de estación.

Mantener un nivel de humedad saludable

Una humedad de entre el 30 y 50% permite mantener a raya al moho, los ácaros del polvo y otros alérgenos. Los deshumidificadores ayudan a controlar el nivel de humedad de la oficina. 

Limpiar los derrames

Para mantener la salud del edificio es imprescindible limpiar bien aquellos derrames de líquidos que se produzcan. Ello es debido a que los restos de humedad facilitan la aparición de moho y de hongos. Resulta más costoso la reparación de los daños provocados por el moho que la simple prevención del mismo. En cuanto tenga lugar un derrame es mejor limpiarlo inmediatamente. 

Incluir plantas en la oficina

Su presencia ayuda a mejorar la calidad del aire. Las plantas, además de adornar, absorben las toxinas y generan más oxígeno. Gracias a ello los trabajadores pueden respirar con mayor facilidad.

Priorizar el aire fresco cuando sea posible

Sentir el aire fresco entrando por una ventana supone una sensación muy agradable. Cuando el tiempo lo permite resulta una opción placentera y saludable. El aire viciado sale y se renueva con uno nuevo. Los trabajadores lo agradecen y constituye un efectivo aliciente invisible para mejorar su productividad. 

Mantener la oficina limpia

Limpiar el polvo, pasar la aspiradora con regularidad y evitar el desorden son algunas formas de mantener limpia la oficina. Los edificios saludables no permiten que la basura se acumule en sus diferentes espacios.

La contratación de limpiezas profesionales periódicas hace que menos contaminantes puedan mezclarse con el aire. La calidad del aire está entonces en unos parámetros adecuados y los trabajadores no ven afectada su salud. 

En Cloudworks también estamos pendientes de que nuestros cloudworkers disfruten de un aire de calidad. Los sistemas de regeneración de aire existentes en nuestras ubicaciones se encargan de que así sea. Generan una atmósfera agradable y productiva que convierten a todas nuestras instalaciones en edificios saludables. 

Además, cuando lo que buscan es aire fresco, nuestros cloudworkers tienen a su disposición amplias terrazas con vistas espectaculares donde hacer un break o relacionarse con otros profesionales y compartir sinergias. Los emprendedores y freelancers pueden disfrutar de esta manera de diferentes ambientes en diferentes momentos. Y siempre en un entorno saludable y profesional.  ¡Ven y compruébalo personalmente!