Cómo cuidar tu salud mental durante y después del confinamiento

Estilo de vida

Cómo cuidar tu salud mental durante y después del confinamiento

abril 16 / 2020

Para ninguno es un secreto el impacto psicológico que ha traído consigo este último mes. Conoce unos cambios sencillos que puedes poner en práctica para cuidar tu salud mental.

Muchos de los que trabajamos en espacios compartidos venimos de trabajar desde casa. Sin embargo, no es lo mismo trabajar desde casa porque así lo hemos decidido, que estar en casa sin la posibilidad de salir. Algunos además con los niños sin ir al colegio, dificultades económicas o quizás algún familiar enfermo. 

2 importantes jugadores

Las circunstancias hacen que, aunque estemos acostumbrados, los niveles de ansiedad y estrés sean muy diferentes cuando hay un agente externo que no podemos controlar. Esto limita nuestras actividades y es impredecible; la ansiedad y el estrés pueden jugar papeles muy importantes.

Hemos leído mil veces sobre crear rutinas sanas, mantener, dentro de lo posible, las mismas rutinas que teníamos fuera, pero es muy fácil decirlo y un poco más complicado hacer que funcione. Luego de más de un mes en confinamiento, los niveles de ansiedad y estrés han ido aumentando para todos. 

¿Cómo mantenernos cuerdos siendo todos diferentes?

Esta pregunta no tiene una respuesta concreta, lo siento. Pero sí hay muchas maneras en las que podemos ayudarnos. Para crear esta ‘famosa’ rutina sana de la que tanto leemos en posts de redes sociales, es necesario saber qué funciona para cada quien y tener en cuenta que no hay recetas milagrosas ni secretos milenarios. Sin embargo, sí hay cambios sencillos que podemos hacer para disminuir los efectos que puede tener un confinamiento.

Modo Trabajo on

Mantener, dentro de lo posible, nuestro lugar de trabajo separado de nuestro lugar de descanso. Tratar de trabajar en otra habitación diferente a la que usamos para dormir. Si vives en un monoambiente, puedes hacer diferentes cosas para cambiar el espacio dependiendo de la actividad que estés realizando. Mantén el espacio limpio y recogido, trata de cambiarte de ropa para trabajar y no estar con el pijama todo el día. 

El cerebro comienza a despertar cuando entiende que estamos en modo “activo” y cuando hacemos cosas diferentes a lo que hacemos cuando vamos a dormir o a descansar. Si estamos siempre con el pijama y trabajamos desde la cama, cuando vayamos a descansar o a dormir, a tu cerebro se le hará más difícil porque no hay una señal de cambio. Apartar el ordenador no será suficiente, lo que puede hacer a la larga que no tengas un sueño profundo y satisfactorio, y además hace que estés más cansado de lo normal.

Movimiento en casa

Hacer alguna actividad física siempre ayuda. Muchas veces no nos damos cuenta porque es parte de nuestra rutina habitual, pero solo caminar algunos minutos cuando vamos de la casa al coche o al metro y dentro de la oficina, ya mantiene el cuerpo en movimiento. El cambio de estar en casa todo el día en confinamiento es bastante radical, aunque pensemos que no. 

Moverse es siempre importante, y tratar de drenar energía a través de ese movimiento es una de las mejores maneras de generar endorfinas y liberar estrés. Este discurso también está bastante repetido, pero si lo sigues viendo, tal vez significa que realmente funcione. No todo sirve para cualquier persona. Hay quienes que corren, los que bailan, personas que hacen yoga, etc. Gracias a la tecnología y todas las variaciones de ejercicios disponibles hoy en día, puedes hacer ejercicio desde casa. No tienes que hacer CrossFit con el sofá, pero unos 20 minutos de baile o yoga son suficientes para desconectar y drenar energía que no hemos consumido por estar en casa.

Fuentes oficiales, fuentes reales

No te llenes de información innecesaria. Estar informados es importante, pero hay que tener mucho cuidado con lo que consumimos en esta era de redes sociales e información inmediata. Muchas veces, gracias a que este es un evento sumamente desconocido e impredecible, sentimos que estar informados es una manera de tener control sobre la situación. Si bien es cierto que puede generar una sensación de control saber lo que está pasando, sin embargo, la verdad es que también hay todo tipo de información falsa y alarmista muy a la mano. Inclusive más que la información real y verificada. 

Consumir información en situaciones como esta, puede llevarnos a aumentar los niveles de ansiedad y estrés porque nos encontramos en círculos viciosos donde no paramos de buscar. No es más sano estar informado, si nos estamos llenando de información falsa o alarmista, busca mantener tus fuentes limitadas a oficiales y trata de no leerlas todo el día, sino reducirlo a momentos claves.

Personaliza tus momentos libres

Llena los momentos libres de cosas diferentes, pero no te presiones. Situaciones como la que vivimos actualmente pueden generar diferentes efectos en cada uno. Hay personas que necesitan drenar toda la energía que no consumen y necesitan hacer mil cosas: leer el libro que tenían pendiente, pintar, bailar, crear algo nuevo, planificar un proyecto que tenían en pausa o para el que no habían tenido tiempo, y mil cosas más. 

Por otra parte, también están las personas que están funcionando con las energías mucho más bajas de lo normal. Algunos se sienten cansados aunque no hagan mucho, no tienen ganas de hacer nada y emocionalmente están agotados. Todo esto son respuestas normales de nuestro organismo ante eventos como el presente y no hay una respuesta correcta, o una manera mejor o peor de afrontarlo. No tienes que salir de la cuarentena con un nuevo título universitario, una nueva carrera o hobby, ni queriendo cambiar el mundo. Todos necesitamos espacio para lidiar con un evento de este tipo, y no hay formas correctas.

Hay muchas recomendaciones para llevar la cuarentena, mi visión es que deberíamos editar esa lista y tomar de ella lo que creemos nos pueda servir a nivel personal, y lo demás dejárselo a quien le sea útil. Simplemente atender nuestra salud tanto mental como física. 

Levanta la mano si lo necesitas

No sabemos todavía hasta cuándo estaremos en este proceso, ni tampoco qué repercusiones tendrá a nivel psicológico o social. Así que lo mejor que podemos hacer es intentar mantener los niveles de ansiedad, estrés y depresión lo más bajos posible para evitar consecuencias más graves cuando todo esto acabe. 

Sin embargo, pensar en esto también puede generar angustia y es ahí cuando debemos saber pedir ayuda. Hay muchas organizaciones que están ofreciendo ayuda psicológica para las personas que lo necesitan. Saber y aceptar cuándo se va de nuestras manos es importante.

Es la primera vez en esta generación que, como sociedad, vivimos algo tan grande y con tanto impacto a nivel mundial. Por eso es crucial que salgamos de esta situación todos juntos. Tal vez, esto también nos ayude a crear espacios más orientados a comunidades como la nuestra. 

¿Qué pasa cuando acabe el confinamiento?

Ahora que las medidas de confinamiento empiezan a flexibilizarse y algunas empresas comenzarán a volver a sus espacios de trabajo, es normal sentir un aumento en la ansiedad y estrés asociado al miedo al contagio y el impacto de volver a estar en un ambiente social o en una comunidad. Esto puede generar angustia por el hecho de haber estado tanto tiempo en cuarentena. 

Algo importante en este momento, es tomar en cuenta que los niveles de atención y alerta son mucho más altos que en circunstancias normales. En este sentido, una de las maneras más comunes de disminuir la ansiedad generada por las circunstancias actuales es tratar de mantener el control en otras situaciones a las que nos enfrentamos.

Es normal querer controlar si los demás siguen o no las medidas sanitaras impuestas por las autoridades y los organismos de salud de cada país (y hasta dudar si estas son suficientes) Sin embargo, lo importante es no quedarse en esa duda, saber que no podemos dominar lo que hacen otras personas. Lo que sí podemos es asegurarnos de que nosotros mismos estamos haciendo lo posible y confiar en que esas son las medidas necesarias para evitar el contagio y la propagación del virus. 

Tampoco controlamos cuándo volveremos a nuestras rutinas normales, ni cómo será esa nueva normalidad pero si apostamos por la flexibilidad necesaria llevaremos ese retorno de la manera más sana posible, sin llegar a los extremos. Entendamos que será poco a poco, que tendremos que seguir manteniendo distancia. Asegurarnos de cumplir con esto es lo que hará que la crisis pase más rápido y las distancia entre nosotros se acorten cada vez más.

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