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julio 24 / 2024
La escasez de recursos naturales, el incremento de la demanda de energía, así como el famoso cambio climático provocan importantes efectos a nivel empresarial. Es justamente dentro de este escenario que se hace cada vez más importante hablar de empresa sostenible.
En este artículo veremos en detalles qué es una empresa sostenible, cuáles son sus características principales y como este tipo de empresa pueden contribuir al desarrollo sostenible y a la mejora de su entorno.
Las empresas sostenibles son aquellas que establecen una estrategia y llevan a cabo una serie de acciones destinadas a reducir los impactos medioambientales y sociales adversos. Tales impactos negativos son el resultado de las operaciones comerciales realizadas en un mercado concreto.
Las acciones de sostenibilidad en la empresa van más allá del cuidado del medioambiente. Sus objetivos incluyen hacer frente a la desigualdad, la pobreza, la degradación medioambiental y el cambio climático.
La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció en 2015 unos objetivos de desarrollo sostenible que consisten en una serie de propósitos universales que sirven de hoja de ruta a las empresas implicadas en la lucha por la sostenibilidad del planeta.
A continuación, te detallamos los 4 puntos principales que caracterizan las empresas cometidas con procesos y acciones sostenibles.
La utilización de energías renovables aumenta la eficiencia de la gestión energética. No precisan de grandes cantidades de agua para su funcionamiento. Reducen la contaminación y la utilización de combustibles fósiles.
Por otro lado, este tipo de energías permiten la disminución de los costes empresariales, mejoran la imagen de la empresa y facilitan la atracción de inversores. Además, ayudan a generar un clima laboral muy positivo.
Su misión es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, conservar los recursos hídricos y eliminar los residuos. Según el índice de sostenibilidad del Dow Jones de 2023, entre las 15 empresas más sostenibles en España estaban Banco Santander, Endesa o Iberdrola.
Gracias a estas infraestructuras se reduce la huella de carbono y se consigue que el aire sea más limpio. Su repercusión en la economía global es muy positiva y propicia una sostenibilidad financiera clara.
Su característica principal es la integración de la inteligencia artificial (IA), el Internet de las cosas (IoT), la automatización y el análisis de datos. Gracias a ellos es posible recopilar, analizar y usar datos a tiempo real.
Con esta valiosa información se optimiza la planificación, ejecución y control de la cadena de suministro. Hecho que permite potenciar la economía circular, fomentar la reutilización, diseñar la eliminación de residuos e impulsar un consumo sostenible.
La sostenibilidad en las empresas exige que estas sean capaces de hacer frente a una serie de desafíos y riesgos que les pueden afectar. Desde riesgos internos (modificación de una ley) a externos (cambios en la demanda del mercado).
Deben ser resilientes ante situaciones inesperadas, adoptando previamente para ello una política de gestión de riesgos que les permita solventarlos cuando surjan. Por ejemplo, mediante la identificación de riesgos, evaluación y priorización de los mismos, desarrollo de estrategias de mitigación y el monitoreo y revisión.
Cómo hemos visto, las posibilidades son variadas. Mediante el uso de energías renovables, el análisis de datos, la inteligencia artificial y el blockchain, las empresas colaboran en la gestión de un entorno más sostenible.
Estas buenas prácticas llevadas a cabo pensando en el interés general favorecen el desarrollo socioeconómico, la estabilidad de los mercados y sociedades, además de un mejor acceso a productos y servicios.
Las empresas sostenibles en España o en cualquier parte del mundo centran sus objetivos en la sostenibilidad medioambiental, económica y social. La primera trata de proteger la salud del planeta; la segunda busca que la empresa sea rentable mientras es responsable con los recursos disponibles y crea valor para la comunidad; la tercera impulsa la creación de una sociedad justa e inclusiva.
Para tratar de conseguir estos objetivos, las empresas interesadas en ser sostenibles pueden seguir estos caminos:
Si quieres profundizar más sobre este tema, te aconsejamos nuestro artículo dedicado a como mejorar la sostenibilidad de tu empresa.
Actuar de manera meditada, pensando en el futuro, analizando bien el impacto de sus acciones en el medio ambiente y entorno, constituyen los principios básicos de una empresa sostenible.
Ser fiel a un comportamiento ético y ecológico no solo le servirá para ayudar a cuidar la salud del planeta. También le permitirá reducir costes, ofrecer productos sostenibles, más atractivos y atraer a más clientes, minorando a su vez los riesgos sobre su reputación o la desconfianza de posibles inversores.